LA RESTAURADORA - EL REINO - EL PROFETA

Había leído muchas reseñas donde hablaban mil maravillas de esta obra, pero nunca me terminaba de decidir. Normalmente suelo leer un género más adolescente, aunque también pruebo otros géneros, esa era la traba que me tiraba para atrás. Finalmente un día encontré los tres libros en formato económico y me decidí, no me iba a marchar sin ellos, ¡que gran elección hice! 

Ágil e intrigante, mis ojos no daban a basto, necesitaba más, las horas de sueño desaparecieron, mi objetivo era devorar cuanto antes esa maravillosa historia. Cuanto tenía que cerrar el libro para comer o ir al instituto era un calvario, estaba a cientos de kilómetros de allí, sumergida entre las posibles tramas futuras que me deparaba la lectura.

Seguramente os ha pasado que los primero libros de sagas os parecen aburridos e introductorios, pero este libro es todo lo contrario, desde las primeras páginas te engancha y te sumerge en el mundo de Amelia, que lucha por mantener las dos vertientes de su vida en equilibro.

Amelia es una chica que ve fantasmas, pero eso no la para de intentar vivir una vida lo más normal posible e incluso sentir la llama del amor, aunque sea con la persona menos indicada en el lugar menos indicado. Personalmente la protagonista me ha conquistado; fuerte, valiente y diferente. ¡Una alabanza por nuestra restauradora de tumbas favorita! En cuanto al protagonista masculino -el detective John Devlin, este tiene protagonismo y su trama amorosa conjunta también, pero algo que me ha encantado es que no se centra el libro en eso, profundiza mucho más en el mundo de lo paranormal, ofreciéndonos una escena del crimen que traerá de cabeza a nuestros personajes.

Nuestra protagonista se encuentra envuelta en el descubrimiento de unos misteriosos asesinatos, algo que aporta mucha acción, incertidumbres y unos giros impresionantes que te mantienen en vilo. El crimen se resuelve en el mismo tomo y, aunque hacía el final me resultó previsible, la autora le dio un matiz al por qué de todo que me asombró.

Amanda Stevens te engancha en su primer libro con una trama ágil y unos personajes que, pese a su historia paranormal, tienen un halo muy realista que te hace entenderlos y simpatizar mucho. No todas las respuestas se dan en La Restauradora, el crimen se resuelve, pero la trama paranormal tiene mucho más potencial que se irá desarrollando en las próximas novelas.

Una gran historia complementada con un final de infarto que te dejará en vela, intentando resistirte al impulso de devorar El Reino de inmediato. 

Quien dijo que las segundas partes nunca fueron buenas no había leído El Reino. Con una ambientación diferente y un relevo de algunos personajes, este segundo tomo adquiere mayor agilidad gracias a una mayor relevancia de la trama paranormal que nos permite simpatizar aún más si cabe con Amelia.

Nuestra protagonista se muda en busca de un cambio de aires después de tan traumáticos sucesos ocurridos en el primer libro y termina en Asher Falls, un pueblecito espeluznante que pondrá a prueba a Amelia, la cual sacará más de un secreto a la luz, cosa que no gustará a más de un habitante y la pondrán en su punto de mira. Oscuros secretos que lucharán por conseguir que Amelia reconozca sus habilidades y la pondrán en peligro.

Pero entre tanto misterio y secretismo encontramos un adorable perro -Angus- que se convierte en el más fiel compañero de armas de la restauradora. Este tiene una historia que te llega al corazón y te pasas todo el libro preocupada ante tanta gente rara que vive en ese pueblo y que no tiene ninguna estima por perros como él ni por chicas fisgonas que parecen esconder algo.

Por desgracia el detective Devlin no tiene casi protagonismo en esta segunda parte, pero es remplazado por otro hombre que, pese a que no es tan genial como mi Devlin, logrará llenar el vació que dejó, aunque sea temporalmente, porque Devlin es Devlin ¿vale? Leedlo y me entenderéis jaja.

Te pasas toda la novela en tensión y sospechando hasta de tu sombra, pero vale la pena. Descubrimos mucha información sobre el origen del "don" de Amelia que nos ayuda a atar algunos cabos que se resolverán más adelante.

Y como toda obra tiene su final, pero eso no es un final, eso es una parada cardíaca en toda regla. Los últimos capítulos son la cosa más tensa, perfecta y adictiva que he visto en mucho. Si el final de La Restauradora me dejó con ganas del segundo libro, con El Reino ya te vale tener cerca El Profeta, o sufrirás muchísimo.

Hay sagas que son como el vino, mejoran con el tiempo, y con la trilogía de La Reina del Cementerio tenemos un gran ejemplo. Con cada nueva entrega supera a la anterior y te enamoras aún más de la genial pluma de Amanda Stevens.

El Profeta vuelve al punto de partida de nuestra querida Amelia, una chica con un extraño don, ve fantasmas, pero ha vivido toda la vida intentando mantener su secreto escondido, no solo por su entorno, sino porque tiene la certeza que de desvelarse su seguridad desaparecería, todos irían a ella y terminarían absorbiendo toda su energía y matándola en sus ansias de más. Algo que me gustaría destacar es que no os hagáis una falsa idea de esta saga, pese a ese halo misterioso y oscuro, con intrigas y esos toques paranormales, esta no es una historia de miedo, es algo que roza los bordes de esta temática pero no llega al punto de asustar pese a tu temática un tanto gótica y extraña.

"De pronto, noté un tremendo dolor en el pecho, como si una mano invisible me hubiera arrancado el corazón. Me quedé sin aire en los pulmones y las piernas me temblaban."

Como ya he comentado anteriormente, los personajes son un gran punto a favor en este libro, están tan bien creados que realmente parecen reales pese a su atmósfera única. En este último libro la autora nos da las respuestas sobre el pasado de Amelia y el cómo hace lo que hace. Además vuelve el adorado Devlin, a quien da un giro de 180º su trama, dejándome anonadada. El amor y el deseo toma más protagonismo en esta entrega, ofreciéndonos grandes escenas entre nuestros protagonistas cargadas de tensión y sentimientos, ¡cuanto extrañaba la química que tenían!
Cuando empecé esta trilogía no pensaba que las cosas podrían tomar un camino tan inusual, pero la autora consigue callar bocas con una trama mucho más elaborada, unos giros que te paran el corazón y ese don que tiene de hacerte dudar de todo el mundo, hasta de tu sombra.

Complementando las nuevas tramas que se nos presentan, aparece de nuevo un viejo conocido que necesita ayuda de Amelia, quien se muestra reticente pero termina cediendo. Conforme avanzamos en la lectura vemos como las dos tramas que aparecen, que en un principio parecían paralelas, terminan juntándose perfectamente como si fuesen parte de un puzle. Simplemente magnífico, me dejó sin palabras.

Adictiva como ninguna otra, El Profeta tiene unos capítulos perfectamente estructurados, los cuales terminan cada vez en un punto álgido, que permiten que la lectura sea muy ágil y no te puedas despegar de sus páginas.

"Le ardía la mirada y, sin más miramiento, me atrajo hacia él con un gesto salvaje y me besó con pasión. Me dejé llevar y disfruté del momento. Sentí escalofríos, pero me dio lo mismo."

Tiene un final bastante cerrado, pero que deja volar la imaginación del lector ante posibles continuaciones y, parece ser que la autora nos ama y ha decidido alargar la magnífica historia de Amelia y Devlin. Esto me parece una buena idea, siempre y cuando la calidad de la obra no se vea afectada y tengo mucha fe en que eso no pasará. Una historia de tales características tiene alguien con mucho talento detrás y espero que ese talento se cultive y así se incremente para deleitar a lectores como yo de la continuación de La Reina del Cementerio.